Despedida de los alumnos de Bachillerato

Quiero dirigir unas palabras a vosotros, a vuestras familias y a los profesores.
Ciertamente, es muy difícil transmitidos en estos momentos lo que se mueve por dentro de mi corazón.
He vivido muchas despedidas emocionantes y os aseguro que esta despedida es muy especial. Sois el grupo más grande que ha pasado por el Colegio, por 2º de Bachillerato en los 80 años de vida de este Centro. Tanto es así que nos habéis hecho cambiar de lugar.
Hemos tenido que dejar la capilla allí y venirnos al polideportivo que es testigo de muchas de nuestras andanzas, de vuestras correrías, de vuestros festivales y de tantas actividades que habéis hecho aquí.
Es un final de etapa muy especial y está cargado de esperanza. Esperanza basada en los logros conseguidos y en un futuro que, aunque a veces os pueda crear inseguridad, estoy convencida de que os traerá nuevas y buenas posibilidades personales.
Hoy es un momento de alegría. Alegría por lo que este acto significa, de finalización de vuestra etapa en el Colegio.
Vosotros sois los protagonistas, en realidad, desde que llegasteis a este Colegio, siempre habéis sido protagonistas.
Hemos intentado ofreceros lo mejor que tenemos, nuestro ser de educadores que acompañen el crecimiento personal y académico, intentando rescatar todo lo positivo que habéis vivido.
Mirar siempre la vida con optimismo. En muy pocas semanas os convertiréis en antiguos alumnos y el deseo personal que tengo, y que tenemos todas las personas que os hemos acompañado en este proceso, es que recordéis esta etapa de vuestra vida como algo que os marcó, que os emocionó, que os impulsó a avanzar sin descanso.
El Colegio que un día eligieron vuestras familias para que estudiaseis aquí, es el lugar donde habéis crecido física, vivencial y espiritualmente.
El camino ha sido largo, el esfuerzo grande, las alegrías muchas, las amistades infinitas y las experiencias múltiples.
El logo que hoy tenemos aquí en el suelo os ha acompañado a lo largo de estos años y hoy, una vez más, nos preside. Como decía la canción que acaban de cantar os lleváis en el corazón una gran riqueza, un corazón que se ha ido alimentando de oportunidades de amar y ser felices, de luchar por aquello que queréis y de aprender a vivir desde la realidad, sabiendo siempre que vuestras familias y vuestros profesores os acompañábamos en ese proceso.
Hoy vuestro corazón seguro que está emocionado y contento de finalizar esta etapa.
A ese corazón le acompaña siempre un libro y la página que pasáis, no es otra cosa que la vida misma, manifestándose desde distintas realidades.
Debéis estar muy orgullosos de lo que habéis alcanzado, ahora llegáis a una meta volante. No es el final del camino. Todavía os queda.
Aún quedan largos senderos por recorrer, muchas metas que tendréis que descubrir y tenéis que seguir luchando por alcanzar la cima y realizar vuestros sueños más preciados.
San Agustín decía, “Conócete, acéptate, supérate”. Es sabio realizar ese camino, porque os ayudará a estar siempre alerta y a no perder la esencia que lleváis dentro.
Nosotros estamos aquí y seguiremos aquí, formando parte de vuestros recuerdos y dispuestos para nuevos encuentros siempre que queráis. La puerta está abierta.
Que Nuestra Señora de la Consolación sea quien os guíe en el camino de la vida y os acompañe en todo lo que necesitéis.
En nombre de todo el personal del Colegio, en el mío propio, os decimos, enhorabuena, gracias por todo lo que hemos aprendido de vosotros y gracias por habernos dado la oportunidad de acompañaros en vuestro crecimiento.
Muchísimas felicidades a todos.