A propuesta del papa Francisco, y como una iniciativa más para el desarrollo de un Pacto Educativo Global, las diferentes organizaciones internacionales de enseñanza católica acordaron en 2002, en un Congreso de la OIEC en Brasilia, en señalar el Día Mundial de la Educación Católica.
Este Día Mundial se celebra cada año a los cuarenta días de la Pascua, en la fiesta de la Ascensión del Señor, día en que la misión de Jesús se hace misión de la Iglesia (“Id y haced discípulos…” Mt. 28).
El Papa nos recuerda que “educar es siempre un acto de esperanza” y que para las escuelas católicas la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. “La educación es ante todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite en el tiempo de generación en generación”, añadió.
En esta ocasión, queremos visibilizar esa escuela católica que sale al encuentro en situaciones difíciles, y concienciar a la sociedad y a nuestros alumnos sobre el trabajo que las instituciones de iglesia realizan en algunos entornos donde se viven situaciones de guerra y de emergencia. En concreto, queremos poner nuestra mirada en la región siria de Alepo, asolada por la guerra y por un terremoto que ha devastado numerosas zonas.
Piensa y reflexiona
La población de Siria ha estado viviendo una situación de crisis humanitaria tras más de una década de conflicto armado, y la situación se ha visto empeorada por un terremoto que sacudió el país el 6 de febrero de 2023. Durante la guerra, miles de personas han muerto, y millones han sido desplazadas de sus hogares. El conflicto ha dejado a gran parte de la población sin acceso a servicios básicos como el agua, la electricidad y la atención médica, y ha causado una crisis económica y alimentaria en todo el país.
La situación de los niños y niñas en Siria es especialmente preocupante. Según la ONU, más de 11 millones necesitan ayuda humanitaria y más de la mitad de ellos han sido desplazados de sus hogares perdiendo a sus padres o siendo separados de ellos. La mayoría están viviendo en condiciones precarias en campamentos de refugiados o en zonas de conflicto. Eran personas que tenían una vida bastante parecida a la nuestra y en poco tiempo lo han perdido todo.
La falta de acceso a la educación es otra de las consecuencias graves del conflicto. Según UNICEF, más de 2,1 millones de menores en edad escolar no están asistiendo a la escuela. Otras de las consecuencias que se están derivando de esta situación es el riesgo de ser reclutados por grupos armados o de caer en redes de trata de personas.
Toda esta situación se ha visto agravada por un terremoto que ha causado daños graves en los edificios y estructuras dejando a miles de personas sin hogar. Los niños y niñas que ya estaban en situación de vulnerabilidad tras años de conflicto ahora se enfrentan a la dificultad añadida de la falta de vivienda y la exposición a las inclemencias del tiempo.
A pesar de estas difíciles circunstancias, hay instituciones que están trabajando para ayudar a la población de Siria. Los cristianos, aunque representamos el 15% de la población, estamos presentes de forma activa para toda la población sin distinción. La ONG de la iglesia Cáritas, fundaciones como ACN Ayuda a la Iglesia Necesitada, así como las diferentes congregaciones religiosas, están facilitando los servicios más básicos proporcionando acogida, alimentos, agua… y también servicios de salud integral para todas las personas: acompañamiento psicológico, acceso a la educación a través de escuelas improvisadas o programas de educación.
En el Día Mundial de la Educación Católica queremos visibilizar estas situaciones tan límites, presentar a tantas personas que conviven con realidades tan duras y, sobre todo, agradecer a tanta gente de fe que se desvive con una entrega generosa y radical, apuntando siempre a la justicia, frente al sufrimiento; a la solidaridad, frente a la desigualdad; y a la esperanza, frente al pánico, al miedo.
Testimonio de una joven (1,20 min)
Explica cómo ha vivido el terremoto y su agradecimiento a la acogida que han vivido en estos momentos
Testimonio (1,35 min)
Desde el terremoto que sacudió el país el pasado 26 de febrero, Israa, de 26 años, vive con sus dos hijas en un refugio de Alepo que aloja a 47 familias (unas 250 personas). Perdieron todas sus pertenencias en la catástrofe.
(3,33 min)
La compleja guerra de Siria explicada en tres minutos a través de los ojos de una niña.
Con corazón
El jueves, 18 de mayo, te animamos a que te unas a la oración del Padre Nuestro. Desde Escuelas Católicas nos facilitan un vídeo con la oración realizada con personas de diferentes lugares e idiomas, para que lo podáis proyectar, unir vuestras manos y corazón, y rezar todos juntos.
Agustinas Valladolid por el Pacto Educativo Global
Porque juntos somos luz, Agustinas Valladolid se ha adherido al Pacto Educativo Global impulsado por el Papa Francisco y a la iniciativa de Escuelas Católicas, Juntos somos Luz, una propuesta de acción conjunta que pretende alcanzar los objetivos propuestos por el Papa.
El Santo Padre lanzó un llamamiento especial y nos invitó a adherirnos a un Pacto Educativo Global comprometiéndonos personal y conjuntamente. “Es hora de mirar hacia adelante con valentía y esperanza. Que nos sostenga la convicción de que en la educación se encuentra la semilla de la esperanza: una esperanza de paz y de justicia. Una esperanza de belleza, de bondad; una esperanza de armonía social”.
Con nuestra adhesión a este Pacto y a la iniciativa “Juntos somos Luz”, desde el Colegio Ntra. Sra. de la Consolación – Agustinas Valladolid queremos reactivar nuestro compromiso por y con las generaciones más jóvenes. Se trata de una propuesta de acción conjunta con la que pretendemos alcanzar los 7 objetivos propuestos por el Papa, a través de la reflexión y debate.
La iniciativa “Juntos somos luz” es una realidad en la que participan ya más de 400 centros de Escuelas Católicas, 60 de Castilla y León, con el objetivo de hacer realidad el Pacto Educativo Global.