El pasado 20 de noviembre, la comunidad educativa se congregó en el patio del colegio en una jornada memorable para conmemorar el Día de los Derechos de la Infancia. En este evento tan especial, alumnos, profesores y personal del colegio se unieron en una celebración que destacó la importancia de los valores humanos y la solidaridad.
Fue un día extraordinario en el que el colegio se transformó en un espacio donde se respiraba un fuerte sentido de unidad y pertenencia. La atmósfera estaba impregnada de la creencia compartida de que, como equipo, podíamos seguir construyendo un entorno que respetara y promoviera los derechos fundamentales de todos los niños.
Cada clase, representada por sus alumnos, participó activamente en la celebración. Los colores ondeaban en el aire, creando un espectáculo vibrante y simbólico que reflejaba la diversidad y la riqueza que aporta cada uno de nosotros a la comunidad. Este gesto colectivo transmitió un mensaje claro y conmovedor: podemos vivir juntos en armonía, compartiendo un mismo espacio y reconociendo que en el mundo hay sitio para todos.
El evento no solo fue una expresión visual de la diversidad, sino también un recordatorio palpable de la responsabilidad que todos compartimos para construir un mundo mejor, especialmente para los niños. La celebración del Día de los Derechos de la Infancia en nuestro colegio no solo fue un evento festivo, sino también un compromiso renovado con la promoción de un ambiente que fomente el respeto, la igualdad y el bienestar de cada niño, reconociendo que juntos podemos hacer una diferencia significativa en el mundo que compartimos.
