A veces, cuando tenemos algo nuevo y maravilloso, nos cuesta imaginar que otro niño o niña pueda querer disfrutar de eso. Pero este año, en nuestras aulas, decidimos: ¡compartir los regalos que los Reyes nos trajeron!
Los niños de cada clase tuvieron la oportunidad de traer sus juguetes y compartirlos con sus compañeros. Algunos trajeron peluches, otros coches de juguete, y otros divertidos juegos de mesa. Lo mejor de todo fue ver cómo se sonreían al ver a sus amigos disfrutando de sus juguetes. Hubo risas, abrazos y mucha alegría, porque aprendimos que lo bonito no solo es recibir, sino también dar y hacer feliz a los demás.
Estamos seguros de que, con este gesto de bondad, los Reyes Magos habrán sonreído también desde el cielo, sabiendo que la magia de la Navidad no solo está en los regalos, sino en la alegría de compartir.